Exorcizando a "Pepe" Fanto

Se estrenó la segunda y última coproducción local en el Centro Cultural Municipal Sala Sociedad Italiana.
(Por Mauro Theler). - Santiago Alassia, una de las revelaciones del Festival 09 como dramaturgo y director, reconstruye a José "Pepé" Fanto. Una obra que entreteje lo biográfico con lo ficcional. Una mirada introspectiva al hombre detrás del personaje y a todos los personajes de un hombre. Fanto es "pepito", el babacho, el hijo que no cumplió con las expectativas del padre, el desgastado, el croto de la bicicleta, el viejo del geriátrico, los vecinos horrorizados, el que dejaron atropellado peor que a un perro. El actor errante, el vagabundo que nos mira como si nos entendiera mejor que nosotros mismos.
El joven director y dramaturgo se supera en una obra que denota un gran esfuerzo. El texto posee una gran consistencia de principio a fin, resulta menos críptico que "Atacar" pero no por ello menos controversial. La mejor coproducción de este año.
El tandem creativo refuerza al experimentado actor que encuentra una nueva oportunidad de cruzarse con el público. Su última obra fue "Amarillo" en 2008.
En esta oportunidad vemos a un Fanto viviendo en un basural, tal vez en parte real en parte construido por una fracción de la sociedad.
Abandonado entre despojos, como lo fue en la ruta luego de ser atropellado como un animal. El es el actor "croto", el teatro "croto". Realiza un viaje de ida y vuelta permanente por algunos pasajes de la niñez, de la juventud y de la actualidad reciente. No sabemos qué parte del relato es ficcional y qué parte es biográfico, todo se mezcla en la maraña de gomas, trapos e hilos retorcidos.
Fanto habla de la niñez, de parte de una trayectoria, del teatro y de la mirada local a los artistas y las opiniones sobre él mismo. El medio artista, el que no crea sino que "boludea", el que es mirado con desprecio por no representar lo que se espera.
Su actuación desborda. Es un hombre que pasa los 60 años y demuestra una agilidad impresionante en escena. Su físico no acusa los embates sufridos. En la noche más fría del año aparece semidesnudo mojándose en una bañera, permaneciendo así durante varios minutos. Sus ojos están clavados en las imágenes que su boca describe. Sus interlocutores son diferentes personajes que ha interpretado y personas que ha conocido.
Entre ellos, como una ilusión, creemos reconocer al verdadero Fanto.
Dubitativo, asustado, desbordando su furia contra la basura que lo rodea, o reconciliado con su hogar, el sueño y sus amados perros.
Al menos la primera función tuvo un pequeño retraso que se mezcló con una breve dilación de la obra que, según el programa duraba 55 minutos, los que fueron casi 70.
Los diseñadores y artistas Luis Acosta y Ezequiel Sabater componen un basural de hilos, cubiertas, chapas, ollas, plástico. Este basural llega al borde del escenario, más allá del telón. ¿Es este el teatro croto? Una olla con una cadena que arrastra como una cruz, una bañera, un esqueleto de sillón que es la cama de Fanto. Densa escenografía que se torna en un realismo cruento. Representa muchas de las ideas de la marginalidad con la que se relaciona al artista.
Cabe destacar que la música es una realización original para la obra.
Fue compuesta por Jerónimo y Facundo Rubino, que además de formar parte del grupo Scaramuzza componen desde 2004 música para espectáculos teatrales y cortos cinematográficos. Crean algunos motivos musicales que remarcan el carácter de los silencios. Se reproducen sonidos propios de las alimañas de la basura y la reconstrucción en off del accidente. Finaliza con un suave y melódico blues que alude al derrotero del personaje.
En medio del aplauso final casi todo el auditorio se pone de pie. Al ritmo del blues final, José Fanto, el actor-hombre, abandona el último cuadro para centrarse en el escenario y reverencia al público con lágrimas en los ojos. Las lágrimas están reflejadas en muchos que conocen a Fanto y en los que no lo conocen pero son embargados por la emoción. Es tal vez este llanto final una señal de reconciliación del público y del hombre que exorcizó a sus personajes y a sus fantasmas para que contaran una historia que resiste a perderse de la memoria del teatro rafaelino.

Links: Publicado para Diario La opinión
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