Antes de levantar el telón

 Marcelo Allasino, programador del Festival de Teatro Rafaela 2010, habla sobre algunos de los "entretelones" de esta nueva edición.

(Por Mauro Theler). - Llegamos al séptimo año de una movida teatral que se ha instalado definitivamente en la ciudad. Los antecedentes: Año 2004, Fiesta Nacional del Teatro en Rafaela. Un año después Inicia el primer Festival en Rafaela. Este es el tercer año consecutivo de coproducciones locales.

-¿Cuáles son las modificaciones visibles de estos hechos en la escena local y qué cambios sentís que se están gestando?
-Lo que empezó a ocurrir que está a la vista y que también creo que tiene que ver con lo que se está gestando es la aparición de nuevos grupos, nuevos creadores, sobre todo gente joven que empieza gracias al proyecto de las coproducciones a hacer sus trabajos. De hecho el año pasado tanto Santiago Allasia como Gustavo Mondino estrenaron sus primeras obras como directores en el marco del festival. Este año lo tenemos a Ramiro Rodríguez que estrena su primer trabajo.
Palpable también es una mayor participación de la gente en la producción local, hay más funciones. El año pasado hubo diez espectáculos locales en cartel, cuando normalmente había cuatro o cinco. Creo que nos queda pendiente a los teatristas rafaelinos poder capitalizar aún más ese fervor, esta adhesión tan apasionada de la gente para con el festival, para poder captarlos durante todo el año.

-¿Qué cosas cambiaron para Marcelo Allasino en este período?
-Para mí fue necesario comprometerme más con la gestión, con lo organizativo, que no es lo que más me apasiona de la tarea teatral.
Tengo que ver más material, tengo que viajar más representando lo que se hace en Rafaela. Uno conoce más gente y hay un enriquecimiento que beneficia a todos los grupos. El año pasado la revista Noticias les hizo una nota tanto a Gustavo como a Santiago, y eso es algo que viene con el festival. Todos tienen la oportunidad de hablar con los periodistas, de intercambiar con otros grupos.

-¿Cómo han recepcionado la reacción del público para esta edición?
-El sábado fue una locura. Se vendieron 5.000 entradas el primer día.
Podemos pensar que la gente tiene inquietudes y quiere ver buen teatro y no le importa si los artistas son conocidos o no. La gente entiende que en Salta, en Jujuy, Rafaela se hace buen teatro y adhiere a eso. Y entiende que desde la organización no le tenemos que vender nada.

-¿Qué tienen de particular las obras que vamos a ver en esta edición?
-Este año en particular hay por ahí menos teatro infantil, quizás no nos cruzamos con espectáculos infantiles que nos gustaban para ponerlos en la programación. Igualmente hay propuestas para la familia. Tenemos más circo. Esto siempre tiene que ver con lo que se produce anualmente.
Hay años en que nos cuesta mucho traer cosas que se hacen en Santa Fe, este año tenemos, sobre todo, más cosas de Rosario. La programación va cambiando año a año. Este año tenemos nuevamente a Mónica Cabrera que es conocida por su labor en televisión, pero hay muchos artistas que no son conocidos. Ahí
tenemos una muestra del crecimiento del festival, el año en que menos artistas conocidos hay más rápido se venden las entradas.

-Este año se presentaron seis coproducciones locales, ¿por qué se eligieron dos cuando se esperaba que se eligieran tres?
-Creo que el jurado determinó que la calidad de los proyectos no era muy óptima. De acuerdo a las devoluciones que le dieron a los grupos, se vieron un poco débiles y en algunos casos "primitivas" y, eso para mí fue preocupante. Me alarmó un poco. Por un lado la actividad teatral crece, hay mucha gente tomando clase, aparecen más grupos pero quizá nos está faltando una contención en cuanto a lo formativo un poco más formal o metodológica. Hasta ahora fue como que el crecimiento se fue dando a partir del ritmo del director o de los dramaturgos que tomaban la posta y le imprimían una cualidad especial a su producción. Pero ahora se empieza a vislumbrar que falta una formación fuerte en los actores y directores. Es lo que quedó de manifiesto este año, la falta de compromiso con la formación. Dio la impresión de que como la posibilidad de participar de las coproducciones es tan abierta y tan simple, pareció que hubo poco tiempo, poco ensayo. Es algo que los artistas tenemos que procesar. Todavía falta un espacio de cruce entre los grupos, la Comisión para la Promoción de la Cultura abrió un poco eso, en las mesas del Festival también podemos cruzarnos opinar sobre nuestras obras, pero al margen de eso no hay muchos espacios y eso es lo que no suma.

-¿Hay algún sucesor para Marcelo Allasino Programador del Festival?
-Por el momento yo lo disfruto, me encanta el trabajo que estamos haciendo. No sé si veo hoy en la ciudad alguien que se dedique a la gestión y de la programación de espectáculos. La gestora número uno del Teatro Lasserre era Olga Borlle que falleció este año y hay que ver quién ocupa ese lugar tan importante. Dentro de La Máscara creo que quien puede seguir adelante es Gustavo Mondino que está haciendo un trabajo importante desde la gestión. Pero hoy no veo todavía alguien que se encargue de esto. Seguramente en algún momento estaré haciendo otra cosa, lo que no voy a dejar nunca es la dirección de teatro, que es lo que más apasiona.

Links: Diario La Opinión
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