Escrito en los pliegues del alma

La primera coproducción local(de Rafaela) debutó anoche con dos funciones en la sala del Centro Cultural La Máscara.

(Por Mauro Theler). - Espamento Mamushka del grupo Los Niños de Foxrock fue la primera actuación de los representantes locales en la arena del Festival de Teatro Rafaela 2010. La obra es un unipersonal protagonizado por la joven actriz Agostina Prato y cuenta con la dramaturgia y dirección de Ramiro Rodríguez.
Betiana es una joven que resiste el recuerdo de Julián, su gran amor.
No terminamos de conocer la verdad de la historia pero sabemos por la protagonista que él se casó con otra mujer. Su amor fue primero mágico, luego rutinario y terminó en una sucesión de silencios que la llevaron al estado en que la encontramos. Por momentos, da la sensación de que fue más platónico que real. Una mujer que no se atrevió a salir de las apariencias sociales y que terminó consumida por el remordimiento y el arrepentimiento.
La joven pasa por diferentes momentos anímicos en una espiral descendente que parecen conducirla irremediablemente hacia la locura. Su cuerpo ya evidencia un intento de suicidio. El personaje se desdobla permanentemente entre diferentes mujeres o voces que la forman: la que ama, la que odia, la que le pide cambiar, la del pasado, la que pide un final o la que quiere destruir todo rastro de ese amor arremetiendo su furia contra los objetos que la rodean para encontrar ese recuerdo que hace su vida miserable.
Agostina Prato trabaja excepcionalmente con el cuerpo en el medio de un aluvión verbal entre lo absurdo y desaforado. Cuesta creer que conserve el aliento hasta el cuadro final. Trabaja con todo su cuerpo con movimientos que retratan las diferentes personalidades que circulan entre la pasión, la furia, la locura y el sosiego.

El texto es una plétora de palabras que salen de la boca de la protagonista sin cesar. Definiciones absurdas que, modificando su cadencia, van permanentemente densificando la atmósfera que rodea a Betiana. Es como si no pudiera separarse de las palabras que escribió a su amado Julián, una sobre otra en el mismo papel, mezclado, ilegible e ininteligible que se confunde con su cuerpo. Por momentos reproduce cierta sensación de ahogo del personaje. Es increíble el trabajo de producción que estuvo a cargo de su director.
Nada sobra en la escenografía de Mariano Engel, un sofá que es víctima de una de las personalidades destructivas de Betiana; la bicicleta fija que le recuerda tiernos momentos de Julián; un baúl con ropa que viste y desviste a la protagonista; una mesita tirada en medio del caos que representa el desorden interior de la joven.
El diseño de iluminación estuvo a cargo de Marcelo Allasino, quién además fue uno de los profesores de Ramiro Rodríguez. Este elemento escénico presenta cambios rítmicos señalando algunos rincones recónditos del alma de la protagonista. Su tenue parpadeo parece describir el movimiento de las partículas que son partes de un parlamento de la obra.
El director, Ramiro Rodríguez es primeramente un realizador audiovisual. Durante los últimos 12 años, ha dirigido cortometrajes de acción, videoclips y documentales. Espamento Mamushka, su debut como director teatral, expone un impresionante potencial con una obra que es un puente para transitar un teatro rafaelino que está creciendo y que se consolida año a año en cada festival.

Links: Diario La Opinión
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